Triste despedida...


Cuánto tiempo!!!
No es que me haya olvidado de Mi pequeña fábrica de sueños, pero me han pasado tantas cosas en tan poco tiempo que ha sido imposible contarlas día a día.
¿Por dónde empezar?...
Si dejo volar mis pensamientos, lo primero que se ilumina en mi mente son mis peques, mi clase de Educación Infantil de Bimeda.
¡Cuántas cosas me han enseñado!: lecciones sobre tractores, empacadoras, trilladoras, las fases del parto de la vaca y su alimentación y cuidados, el cercado de los praos, la matanza del cerdo paso a paso, innumerables palabras asturianas.... Pero lo más importante es que me han ayudado a crecer profesionalmente, a reflexionar y a ser crítica con mi trabajo y método de enseñanza, así como con cada una de mis decisiones y con la búsqueda de nuevas estrategias motivadoras que despierten su interés. Sin olvidar el plano personal...me han dado tanto amor, tanta alegría y felicidad que apenas puedo describirlo, pero en mi mente se han quedado los besos de bienvenida que nos dábamos todas las mañanas, nuestros abrazos colectivos para despedir la jornada, los piropos inocentes y sinceros que nos decíamos, las risas que nos echábamos cuando "la maes" tropezaba con la mesa y casi caía  o cuando os hablaba en  su idioma "egdjsagdfdghsdjsndkhaknsdh" para centrar vuestra atención, también cuando practicábamos nuestros bailes "locos" y vuestras caras lo decían todo,  ni que decir de las risas que inundaban la clase cuando la "fábrica de cosquillas" comenzaba a funcionar.
Darío, Lucía, Noelia, Daniel, Pelayo...¡¡¡SIEMPRE OS LLEVARÉ EN MI CORAZÓN!!!


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